El Alfa Romeo Giulia QV, además de ser una de las berlinas más bonitas e imponentes del mercado, es la más rápida en el trazado alemán de Nürburgring.
Exterior
Alfa Romeo ha realizado un gran ejercicio de diseño con el Giulia, que mantiene la genética de la marca con una estampa puramente italiana. La versión QV añade además numerosos detalles en fibra de carbono que acentúan la ya de por sí enorme parrilla delantera, taloneras exclusivas y una zaga muy agresiva, con 4 salidas de escape.
Nuestra unidad contaba con una discreta tonalidad Plata Vesuvio y aún así atraía miradas, fotos y comentarios allá por donde pasaba. No nos queremos imaginar lo que habría pasado si fuese Rojo Alfa o Rojo Competizione.
Interior
Abrimos las puertas del Giulia y lo que vemos nos genera sentimientos enfrentados. Muy enfrentados.
La primera impresión es positiva. A falta de contar con los preciosos backets de fibra de carbono, nos encontramos con unos asientos cómodos y que no agarran mal. El volante es sencillamente perfecto. Un diseño achatado arrebatador, tacto de calidad y el grosor necesario. Todo ello aderezado con una enormes levas metálicas y estáticas, iguales que las de cualquier Ferrari actual. La posición de conducción también es ideal. Vamos pegados al suelo, como si de un superdeportivo se tratase.
El problema llega cuando nos empezamos a fijar en el resto de elementos. Los mandos y botones dispuestos por el habitáculo no son especialmente agradables al tacto y, en general, la mayor parte de materiales empleados no son los que esperaríamos encontrar en un coche de 100.000 euros.
Vale que en el Giulia estándar renunciemos a las calidades supremas de Audi o al mix moderno/elegante de Mercedes a cambio de un diseño cautivador. Pero en el tope de gama, Alfa Romeo debería haberse esforzado algo más.
Al volante
Pero es arrancar el coche y olvidarnos de todo. No sólo de los defectos estéticos mencionados anteriormente sino de todo lo que nos rodea.
El bramido del V6 de 2.9 litros es único. El bloque ha sido desarrollado íntegramente por Alfa Romeo pero hereda tecnología de Maserati y Ferrari.
"Posee dos turbos para extraer los 510 Cv y 600 Nm"
El motor está muy lleno en todo el rango pero debido a su linealidad no parece que entregue semejante potencia. Le falta algo de quizás algo de explosividad pero una vez acostumbrados a él nos damos cuenta de lo que corre. También frena, aunque a pesar de que la paellera que lleva en las ruedas delanteras llama mucho la atención, tendremos que gasta 8.000 euros más en la opción de los cerámicos ya que los de serie fatigan y empiezan a oler tras unos minutos intensos.
Alfa Romeo ha incluido su selector de modos de conducción pero hemos de admitir que los modos más suaves ni los hemos probado. Estos van orientados a optimizar el confort de marcha y los consumos. Por ello, en modo confort será complicado diferenciar el Giulia QV de la versión Veloce de 200 CV.
En modo Dynamic el coche se vuelve más deportivo, la suspensión se endurece y los cambios se vuelven más rápidos. Además, los controles electrónicos son algo más permisivos.
"Pero seamos sinceros, existiendo el modo Race, el resto carece de sentido"
En primer lugar, las válvulas del escape se abren y el coche suena mucho y muy bien. Una tonalidad grave propia de Ferrari, aderezada con numerosos petardazos. El cambio de marchas se vuelve rápido no, lo siguiente. En pocos coches encontraremos unas reducciones tan brutales como en este. Un cambio TCT que nos hace replantearnos todos los prejuicios que teníamos de los cambios de convertidor de par frente a los de doble embrague.
La suspensión es todavía más dura (sin llegar a ser seca) y nos permite apreciar de primera mano la buena dirección que tiene. El morro va a donde nosotros queremos que vaya, sin concesiones y de forma muy directa. La trasera por el contrario hace lo que le da la gana. Es cierto que lo más divertido del coche es deslizar la zaga en cada curva pero la electrónica no acompaña. Funciona de forma completamente aleatoria y mientras que en ocasiones sobreviramos hasta casi llegar al trompo, otras veces nos corta la aceleración en mitad del derrape. A falta de probarlo en circuito, creemos que Alfa Romeo debería haber afinado más este modo.
Conclusión
Alfa Romeo ha conseguido algo muy complicado hoy en día que es lanzar al mercado un coche pasional y funcional a la vez. Una berlina con utilidad para el día a día que nos ofrece una sensaciones únicas más allá de las prestaciones. Cuenta con acabados muy inferiores a los que encontraríamos en cualquiera de sus competidores pero ofrece unas sensaciones al volante sin precedentes, que nos hacen recordar por qué los coches italianos nos han apasionado desde que éramos niños.
Pros
-Sensaciones al volante
-Sonido
-Cambio automático
Contras
-Acabados interiores
-Ajuste de controles electrónicos
-Válvulas de escape abiertas únicamente en modo Race
Ficha Técnica
Prestaciones |
Velocidad máxima |
307 km/h |
Aceleración 0-100 km/h |
3,9 s |
Consumo (urbano/extraurbano/mixto) |
12,8/6,1/8,5 l/100 km |
CO2 |
199 |
Dimensiones |
Carrocería |
berlina |
Largo/Ancho/Alto |
4.639 / 1.873 / 1.426 mm |
Batalla/Vía del-tras |
2.820 / 1.555 mm - 1.607 mm |
Peso |
1.655 kg |
Peso remolcable sin freno/con freno |
0 / 0 kg |
Carga máxima |
2.100 kg |
Depósito |
58 litros |
Maletero min |
480 litros |
Maletero max |
0 |
Plazas |
4 |
Motorización |
Situación motor |
delantero |
Orientación |
longitudinal |
Número de cilindros |
6 |
Disposición |
V |
Tipo de motor |
Normal |
Combustible |
Gasolina |
Cilindrada |
2.891 cc |
Potencia |
510 cv / 6.500 rpm |
Par motor |
600 Nm / 2.500 rpm |
Potencia específica |
5,7 cv/l |
Peso/potencia |
3,3 kg/cv |
Diámetro x carrera |
86,5 x 82,0 mm |
Distribución |
DOHC |
Transmisión |
Tracción |
Trasera |
Cambio |
Manual |
Número de velocidades |
6 |