Ya en los entrenamientos libres y en la clasificación se vió la gran superioridad de los motores Mercedes, que quedó reafirmada en el top 10. Sólo el mejicano Checo Pérez rompió la norma entrando el once y dejándose ganar por el Red Bull del ruso Kvyat. Los motores Renault y, por supuesto, Honda, se vieron penalizados por su escasa potencia en un circuito tan rápido como el de Montreal.

Fernando Alonso hizo lo que pudo y pensamos que trató de divertirse pilotando y defendiendo su posición de los constantes ataques que le venían por todas parte de los monoplazas más rápidos. A las preguntas de los periodistas ya no sabe que decir y pidiendo, como desde el comienzo de la temporada, paciencia. Pero se cuenta en el paddock que has los propios miembros del equipo la están perdiendo. La respuesta oficial al abandono de los dos coches es que han tenido problemas con los escapes, algo que resulta poco creíble. En España los defensores del asturiano también están perdiendo la paciencia y los detractores sacan la uñas. Lo que está claro es que ya muy pocos se creen algo de la información que sale del equipo.

En carrera los Williams tuvieron un mejor rendimiento en este circuito, lo mismo que Lotus, con un Pastor Maldonado que, por fín, termina la carrera y consigue puntos. Carlos Sainz, con un coche lento, hizo toda una demostración, llegando por delante, una vez más, de Verstappen e incluso adelantando en la pista al Red Bull de Ricciardo. A Merhi le hicieron parar antes de terminar y el motivo lo desconocemos, aunque parece que tenía algo que ver con la caja de cambios. Cuando paró le sacaba un mundo a Stevens, su compañero. Y para terminar, la anécdota de que no salió el coche de seguridad por primera vez en mucho tiempo.

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