La 92ª edición de las 24 Horas de Le Mans fue emocionante, con Ferrari logrando su segunda victoria consecutiva. El prototipo 499P Hypercar, pilotado por Miguel Molina, Antonio Fuoco y Nicklas, ganó por solo 14,221 segundos en una intensa batalla. La lluvia y los neumáticos fueron factores clave, con Toyota luchando hasta el final.
La 92ª edición de las 24 Horas de Le Mans lo tuvo todo: drama sobre la pista, adelantamientos espectaculares, emoción, condiciones mixtas y, sobre todo, suspense hasta el final.
La segunda victoria consecutiva de Ferrari en Le Mans, esta vez con el coche #50, quedará registrada en los libros de historia. El prototipo ganador, el 499P Hypercar, pilotado por el español Miguel Molina, Antonio Fuoco y Nicklas cruzó la línea de meta con un margen extremadamente ajustado de solo 14,221 segundos, utilizando la mínima cantidad de energía disponible en su 'depósito'. Esta intensa batalla mantuvo a los aficionados en vilo hasta que ondeó la bandera a cuadros.
El triunfo del piloto de Lloret de Mar, Miquel Molina, es el tercero de un piloto español en esta famosa competición de 24 horas, después de los de Marc Gené (2009) y de Fernando Alonso (2018 y 2019). También, tenemos que destacar a Àlex Palou, actual campeón de la Indy Car de los Estados Unidos, que finalizó séptimo con el Hypercar Cadillac.
La victoria fue mucho más difícil para la marca italiana en comparación con la edición de 2023, ya que Toyota, Porsche y Cadillac también lucharon en la zona delantera. Si las cosas se hubieran desarrollado de una forma diferente, cualquiera de ellos podría haber conseguido la victoria.
La lluvia torrencial que cayó sobre el Circuito de la Sarthe fue uno de los factores más influyentes en el resultado del domingo, lo cual obligó a los equipos a revisar y adaptar constantemente sus estrategias.
A falta de dos horas para el final, Toyota sufrió un trompo con su prototipo número 8 (5º al final) tras un toque con un rival, lo que resultó en mala suerte para la marca. Por otro lado, a lo largo de la carrera, el Toyota número 7 de López/Kobayashi/De Vries perdió terreno debido a diversas razones antes de comenzar a luchar por remontar en la clasificación. La combatividad de los pilotos fue premiada con el segundo puesto, destacando la mejor vuelta del fin de semana realizada por Kobayashi en la vuelta 254, con un tiempo de 3m28.756.
Un total de 6 horas y 54 minutos fueron sumadas por las interrupciones con Safety Car, ¡más de una cuarta parte de la carrera! Se debieron a las condiciones meteorológicas adversas, obligando a los equipos a tomar decisiones estratégicas importantes.
Durante la carrera, los neumáticos jugarón un papel crucial. Las condiciones variables de pista llevaron a que los neumáticos de lluvia se vieran obligados a correr en seco y los slicks, en mojado. La combinación de lluvia el domingo, temperaturas bajas y luego un clima ligeramente más cálido al comienzo de la competencia contribuyeron a esto.