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Claudia utilizó el taladro Dremel para retirar la pintura de la carrocería y dejar a la vista la chapa metálica, para luego crear el complejo patrón de diseño y entonces aplicar a mano hasta cinco litros de pintura de gran calidad para automóviles, para resaltar los detalles.
Mientras que cualquier desliz en un tatuaje humano puede corregirse o colorearse con relativa facilidad, el “grabado” con el taladro requería una precisión absoluta.
Ha sido la primera vez que Claudia De Sabe ha aplicado sus habilidades sobre el metal, en lugar de la piel humana, y ha encontrado tanto similitudes como nuevos desafíos en este singular encargo.
“Cuando tatúas a una persona, tienes que tener en cuenta los músculos y los tejidos bajo la piel. Con el UX, era importante tener en cuenta la manera en que la carrocería cambiaba de forma sobre la estructura”, explicó Claudia, que para su trabajo contó con la ayuda de su marido Yutaro, de origen japonés.
“Lo mejor de tatuar el Lexus UX, y el motivo por el que este coche era ideal para el proyecto, es su espectacular diseño. Desde las líneas laterales de la carrocería hasta la forma de las ventanillas, se trata de un conjunto dinámico y hermoso. Encajaba a la perfección con el diseño y con el concepto en sí mismo”, dijo Claudia, que es cofundadora del estudio de tatuaje Red Point, en Islington.
El proyecto rinde homenaje a la artesanía takumi que se dedica a cada vehículo Lexus, y que se observa en los detalles de diseño y en los impecables acabados que se consiguen gracias a unas habilidades humanas perfeccionadas a lo largo de años de meticulosa formación.
Del mismo modo, Lexus incorpora la estética tradicional japonesa en los diseños de sus vehículos, en elementos como los acabados del habitáculo en papel washi del UX, o la fusión perfecta del interior y el exterior a través del parabrisas, que recuerda a los rasgos arquitectónicos engawa de las casas japonesas.