El año pasado terminó en el puesto 21º y este año junto a su copiloto, Txema Villalobos, pretende mejorar ese puesto. Para ello, repiten con el equipo francés Sodicars, pero con el BV6 mejorado y más adaptado a sus necesidades.
"Esto es un lujo, nos vamos de carreras otra vez y estamos muy bien rodeados. Llegamos mejor preparados que nunca y con opciones de estar más cerca de los primeros, aunque no será fácil porque nuestros rivales también han progresado mucho".
"El valor más grande del equipo es el humano y esto hace que sea especial. Está todo hecho con una ilusión enorme, creemos que lo podemos hacer y no vamos al Dakar a pasearnos".
Este año las condiciones de la carrera cambian ya que el 70% de la prueba serán sobre arena.
"En este nuevo formato, nos espera un Dakar muy intenso, difícil, complicado y excitante a la vez, porque es como un formato de carrera nuevo porque no tenemos los países vecinos como Argentina o Bolivia. Por tanto, debemos sacar el máximo partido a los 10 días".
"La primera semana será la más complicada, justo antes de llegar al día de descanso. Preveo un Dakar difícil y exigente pero cuanto más difícil sea el Dakar, mejor para nosotros, porque es donde nos encontramos más cómodos y donde el equipo da el máximo".
Esteve se pondrá por segundo año consecutivo a los mandos del prototipo BV6 4x4, con motor BMW diésel (dentro de la categoría T1.2), con un renovado sistema de suspensiones, que pasan de 250 mm a 280 de altura.
"Tenemos potencial para estar justo detrás de los oficiales. Es importante tener los pies en el suelo e ir día a día. El objetivo es ser más competitivos que el año pasado. Ahora podemos ir más rápido y vamos a ser más competitivos que cada día del año pasado. Pero la competencia también ha mejorado: MINI, Toyota y el Peugeot, que Loeb no va a ir en una bicicleta".