“Su pilotaje es más difícil, en general. Por ejemplo, en el paso por curva: hay que frenarlo un poco más porque llevas más peso. Ahí es donde entra el trabajo del piloto y su trabajo en el set-up, para que este peso, que está muy bien repartido porque lo llevas centrado y muy bajo, no te juegue una mala pasada o comprometa tu trabajo. Este peso se nota más en las curvas largas, en las que el coche tiene una acentuada y clara tendencia a abrirse en la salida de la curva. Pero cuando viene la recta acelera un montón y lo que has sacrificado aplicando más frenada, lo compensas. Es una estrategia de pilotaje distinta, una conducción diferente”.
¿Qué herramientas te ofrece este coche como piloto?
“Herramientas hay muchísimas más que en un coche convencional. Tienes distintos modos de regeneración de energía y hay que optimizarlos todos para conseguir la mayor autonomía posible. En carrera hay que ser muy eficaz en este apartado para poder llegar hasta la bandera de cuadros siendo competitivo. Todo esto, más o menos, lo puedes gestionar desde el volante. Puedes seleccionar que el coche cargue más las baterías en las frenadas, o que la cargue solo cuando levantes el gas sin frenar; puedes gestionar el control de tracción de cada rueda incluso por separado… Hay muchos factores que puedes regular desde el volante en tiempo real. Esto provoca que el piloto tenga que pensar mucho más y todo esto te mantiene siempre más en vilo, no va a ser fácil. Y no hay que controlar únicamente el nivel de carga de la batería, sino también la temperatura de las celdas y de los motores… Hasta que no tengamos procesada toda esta información y el trabajo que exige para conseguir un óptimo funcionamiento, el piloto tendrá que estar vigilando y actuando de inmediato. Además del cuadro de mandos típico de los coches de carreras, tenemos otra pantalla en el volante desde la que podemos cambiar muchos parámetros de funcionamiento”.
¿Cambiará radicalmente la conducción de un turismo, tal y como la conocemos?
“No tanto: el pilotaje puro es el mismo, salvo por el tema de los pesos. Lo que resulta más complicado es todo lo relacionado con la gestión de la energía y la nueva electrónica. En las carreras de coches eléctricos cambian muchos factores y el coche va variando de comportamiento constantemente. Estamos acostumbrados a los coches de combustión, a salir para diez vueltas a fondo, con los únicos cambios de la degradación de los neumáticos y la efectividad de los frenos, en todo caso. Con el e-Racer la estrategia arranca desde la misma salida de boxes, y la vas a pagar en la última vuelta si has hecho algo mal. Además, todos estos factores cambian el comportamiento del coche. Si regeneras más energía, tienes que compensarlo con el repartidor de frenada, porque al levantar el pie del acelerador estás frenando más las ruedas trasera con el motor eléctrico. Además, la aceleración cambia dependiendo del modo de potencia elegido. El coche se comporta diferente y es muy variable. Las referencias de frenada te cambian en cada vuelta en función del rango de potencia y retención en el que vas, porque llegas a distinta velocidad. Realmente para un piloto es un reto importante. Mucho más de lo que parece desde fuera. Va ser muy interesante”.
Esta nueva forma de pilotar, ¿es comparable a algo que haya en la actualidad?
“Ahora entiendo mejor algunas cosas, en especial desde que estoy trabajando en el desarrollo del CUPRA e-Racer. Por ejemplo, cosas que me comentaba mi hermano Marc (ndr: Marc Gené, piloto de pruebas de Ferrari F1) sobre su trabajo con el KERS, lo que implica su funcionamiento y lo que ocurre cuando aceleran y, en especial, cuando frenan. Al principio tuvieron problemas con su reglaje, porque los coches bloqueaban, en ocasiones, en frenadas; o retenían tanto que se daban la vuelta. No es que fueran malos pilotos, es que hasta que se ha terminado de afinar esta tecnología era muy difícil pilotar esos coches. Tengo la suerte de que estoy tan metido en esta tecnología que estoy aprendiendo muchas cosas que otros pilotos no conocerán hasta que se evolucione más. De todas formas, aún hay mucho que hacer, mucho trabajo por delante, no solo de puesta a punto, también de gestión para facilitar la labor del piloto y de los propios ingenieros. Serán competiciones espectaculares y ya estamos cerca de tener la autonomía necesaria. Gracias a la tecnología de CUPRA, muy pronto llegarán las carreras de turismos completamente eléctricos”.