Nos comentaba un miembro de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, que, estos días, se ha dejado la piel -como todos sus compañeros en servicio- intentando regularizar el problema:
"Estoy leyendo la infinidad de comentarios, todos ellos negativos e incluso insultantes hacia la actuación de la Guardia Civil en general, y de la Agrupación de Tráfico en especial en el temporal que está azotando la península estos días. Bien, como hay tantísimo ingeniero versado y preparado en cómo tenemos que desarrollar nuestro trabajo, voy a intentar explicarles cuatro cositas brevemente.
Primero. Este y otros temporales, llevan anunciados varios días, pero aún así, el 80% de los conductores hace caso omiso de toda recomendación, no llevan cadenas (no solo hay que llevarlas, también hay que saber ponerlas). Si tenemos suerte y las llevan, se?ores, las cadenas se ponen en cuanto aparece la nieve, no cuando ya nos hemos salido de la carretera, o ya nos hemos quedado atascados.
Segundo. No tienen ni la más remota idea de cómo actuar en estas situaciones, y menos conducir con nieve, pero nuestra inutilidad, intentaremos camuflarla echando la culpa a otros.
Como somos tan listos, y o no llevamos las cadenas o no las hemos puesto a tiempo, nos quedamos atascados cortando el paso a otros usuarios e impidiendo que las máquinas quitanieves puedan realizar su trabajo, colapsando aún más las carreteras. Cuando ya hemos contribuido con nuestra torpeza a bloquear la carretera, es cuando llamamos al 112, y pretendemos que haya una patrulla de la Guardia Civil cada 50 metros para atendernos a nosotros, pero claro, como tampoco pueden llegar por el colapso, entonces nos metemos en nuestra red social y les ponemos a caer de un burro, y ya empezamos a divagar sobre los radares, sobre las denuncias, etc".
Tiene toda la razón. Por lo tanto, hace tan solo unos días, la primera semana de las vacaciones de Navidad, el Gobierno alertó a todo el país por tierra, mar y aire de la llegada de una tormenta llamada Bruno que luego, al final, se quedó como casi siempre a mitad de camino entre la realidad y la ficción. Entonces sí, pero este fin de semana, no. La primera lección que debe aprender el Gobierno es la de interpretar correctamente las alertas de los servicios meteorológicos.
La tercera, que la red de carreteras del Estado, sean o no vías en régimen de concesión, es de titularidad pública en su totalidad, luego es su titular el responsable de lo que pase en ellas. Porque, sino fuera así, ¿podríamos los conductores reclamar a las concesionarias las multas que nos pone el Estado? Luego, echarle la culpa a la concesionaria, independientemente de que alguna responsabilidad tenga, no parece la mejor respuesta.
Y la cuarta: es cierto que los conductores, los viajeros, tenemos también una parte de responsabilidad, porque debemos prever situaciones como esta y ser precavidos. Pero lo normal es que vías de ata calidad como son las autopistas no presenten problemas como este, y si se llega a ese extremo, el Gobierno debería actuar preventivamente y, sobre todo, en estas fechas promover campañas informativas de cara a los conductores, cosa que no se hace.