Estos cambios pondrán fin al Pacto de la Concordia, ya que Liberty Media se quiere librar del poder que en este momento tienen los equipos sobre la especialidad.
El objetivo, como viene anunciando Ross Brown desde hace tiempo, es que los motores sean más baratos, simples y ruidosos. Se trata de atraer a motoristas privados que, en este momento, no pueden acceder a la F1 por la complejidad de los motores actuales y su costo.
Según la publicación alemana, la idea es que sigan siendo V6 Turbo con dos motores eléctricos y que superen los 1.000 CV. La ausencia de tracción total, la mayor simpleza aerodinámica y la implantación de más partes estándar del motor harán más asequible la participación de nuevos motoristas.
La opinión de las escuderías, a partir de entonces, sólo se tendrá en cuenta a partir de peticiones de cambio. A partir del 7 de noviembre también se mostrará una regulación presupuestaria que reducirá los costes y se irá implantando gradualmente y para que se cumpla, cada equipo estará vigilado por una figura que evite que se oculten gastos.