Todos recordamos esos años en los que tras salir del colegio echábamos el partido con los amigos de clase. Por aquel entonces, un par de chaquetas, una farola o un árbol podían hacer las funciones de portería ya que nuestra imaginación se ocupaba del resto.
Pero también tenemos reconocer que si hubiese aparcado un ruidoso V10 de 5,2 litros y 610CV en forma de Lamborghini rojo, habríamos dado por finalizado el partido para correr a admirar semejante maravilla.
No es precisamente esto lo que ha ocurrido en la ciudad de Dubái, donde la saturación de súper deportivos queda patente en este vídeo: