Cualquier conductor reconocerá la importancia de mantener el sistema de freno siempre en perfecto estado. Este no resulta un simple asunto de conducción, sino que es uno de los aspectos principales en lo que respecta a la seguridad tanto de las personas dentro del vehículo como de las que son ajenas a este. Una distancia de frenado más larga, aumenta las probabilidades de accidente en gran medida. Por este motivo, mantener todas las piezas del sistema en perfecto estado es una obligación y una responsabilidad de todos los dueños de coche.
En el sistema de freno del coche existen diversas piezas que están sometidas a desgaste y que, por tanto, necesitan ser sustituidas de manera regular para asegurar su buen funcionamiento. Unas de estas piezas son las pastillas de freno.
Las pastillas de freno son un componente de máxima importancia en el sistema de freno del coche. Cuando la persona que se encuentra conduciendo pisa el pedal de freno, el líquido de frenos se desplaza a través de los conductos hasta llegar a la pinza, provocando que las pastillas de freno entren en contacto con los discos de freno. Es mediante esta fricción como las pastillas de freno consiguen frenar el coche.
Debido a su funcionamiento, las pastillas de frenos son unas de las piezas que necesitan un mantenimiento regular cada cierto número de kilómetros recorridos. La frecuencia de la sustitución de estas piezas puede variar notablemente dependiendo de diversos factores, como por ejemplo, el estilo de conducción o si el coche se utiliza más en una ciudad o para realizar trayectos largos por carretera. Sin embargo, es posible decir que, como norma general, las pastillas de freno de las ruedas delanteras deben ser cambiadas al rededor de los 50 000 kilómetros recorridos, mientras que las traseras, al sufrir un desgaste menor, pueden durar hasta 120 000 kilómetros.
Por otro lado, independientemente del tiempo o los kilómetros recorridos, si una pastilla de freno tiene menos del 30 % de su grosor original, será necesario llevar a cabo su sustitución. Además, es necesario prestar atención a los síntomas que pueden estar indicando el fin de la vida útil de estas piezas. Uno de los principales síntomas que se detectan es que se produce un chirrido desagradable en el momento en que el coche está frenando. Si se trata de un coche moderno, es común que el propio sistema de a bordo del coche avise de que es necesario sustituir la pieza.
El cambio de pastillas es una operación que puede resultar algo complicada y que, si no se dispone de los conocimientos y las herramientas necesarias, es necesario dirigirse a un taller profesional para que un mecánico lleve a cabo la sustitución. Además, hay que recordar que las pastillas forman una parte esencial del sistema de frenado y, por tanto, su buena instalación es clave para la seguridad.
Finalmente, se recomienda circular durante los siguientes 100 kilómetros evitando frenadas bruscas.
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Información sobre la vida útil de los frenos extraída de siempreauto.com