La historia viene de largo. Era cuestión de manipular las cifras de los cuentakilómetros -entoces analógicos-. Muchos compra-venta eran artistas en este menester. Compraban coches en Alemaía, muchos Mercedes procedentes del servicio público, donde la media de rodaje supera los 100.000 kilómeros al año, y los importaban a España con tres años de vida, pero con más de 300.000 kilómetros. Un negocio muy fructífero que ofrecía excelentes dividendos a estos desamprensivos compra-venta. Además, en sus instalaciones, se destacaban como miembros de Ganvam.
Las nuevas tecnlogías, si, pero...
Sin embargo, el negocio se acabo en principio con las nuevas tecnologías. La manipulación de los cuentakilómetros digitales ponian muy dificil la alteración de los mismos. Solo cabía comprar intrumentación de este tipo de modelo o marca en los desguaces donde terminaban coches accidentados. Tanto es así, que este componente tenía precios en función de los indicadores en la caja de registro de datos. Una dificultad que estos "estafadores" de la venta de coches de imagen, les costaba encontrar.
Es evidente que reducir el kilometraje causa graves daños a los consumidores. Habría soluciones para evitarlo. Pero los vendedores tratan de ignorarlo. Los automóviles mágicamente "rejuvenecidos" abundan en el rico mercado de segunda mano. En realidad, existe una gran cantidad de datos y estaría disponible, si solo aquellos que los tienen estuvieran dispuestos a compartirlos: las redes oficiales de las Casas saben, de hecho, perfectamente las distancias reales y las intervenciones de mantenimiento de cada automóvil.
La coartada de la privacidad
Pero la investigación realizada por Motorpoint, que publicaremos en septiembre, muestra cómo los expertos no quieren revelarlos, invocando razones de privacidad que, según los organismos competente para la protección de datos personales, no existen. Y el fenómeno no ahorra ni siquiera parte de los bienes usados vendidos a comerciantes por compañías de alquiler a largo plazo. Por lo tanto, mucho ojo con las compras de coches de marcas premium que, al ser más rentable, no importa invertir en la manipulación
La nueva manipulación digital
Las ilustraciones, realizadas en laboratorios de informática, demuestran que los datos pueden manipularse. Basta con llegar a la llamada "caja negra" del vehículo en cuestión y cambiar los parámetros de datos que perjudiquen la venta. Hasta ahora, a pesar de la manipulación de los cuentakilómetos digitales, se podia conocer la vida del coche a través de un aparatito que cuesta menos de 30 euros y que se conecta al sistema. Con esta aplicación móvil, se puede conocer el histórico del vehículo. Incluso, si ha sido manipulado su cuentakilómetros.